2024-05-26 MIYAJIMA

Hoy toca el padre de todos los madrugones, saliendo del hotel a las 7:00, sin poder desayunar y con 20 minutos previos de «facturación» de maletas que nos abandonan, o nosotros a ellas, y se van por su propio camino hasta Tokyo, donde es de esperar que nos reciban en el hotel mañana.

Metro hasta la estación del tren bala, compra de algunas fruslerías para desayunar y al tren que nos lleva a toda leche hasta la ciudad de Hiroshima.

Tranvía hasta el domo de la bomba y breve paseo al parque de la Paz donde se encuentra un monumento a una chavalita que murió de leucemia a consecuencia de la bomba y que sus compañeros y ella misma hicieron 1000 grullas de papel con la esperanza de su curación, según decía la tradición (aunque aquí falló) y que hoy es un homenaje a todos los niños muertos a consecuencia de la bomba y se mandan conjuntos de 1000 grullas hechas por chavales de todas partes del mundo como deseo de paz mundial. También se encuentra en este lugar el cenotafio con el registro de todos los muertos por la bomba y el museo Memorial de la Paz, que cuenta toda la historia del desastre de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

Terminada la visita, con imágenes impresionantes de los destrozos humanos y materiales, taxi a la estación y tren hasta el puerto para coger el ferry que nos lleva  a la isla de Miyajima, donde hay más templos, santuarios y un tori que está en el agua con marea alta y que se queda en la arena con baja.

Al hotel a dejar la mochila, comida en la calle de tiendas (como Benidorm en pleno verano), a base de ostras (lo típico de aquí), aunque como no es temporada son todas cocinadas.

Tras la comida, templo, escaleras, templo y más escaleras y más templo.

Regreso al hotel y salida para cenar en un restaurante típico donde cenamos muy bien, algunos, a base de carne de ternera muy buena, por cierto.

Regreso al hotel adormir y callar, con las calles y todo absolutamente vacío, cerrado y como muerto.

¡¡¡Vaya cambio!!!