2024-05-29 TOKYO

Día libre, lo que permitirá un cierto descanso a nuestra hiperexplotada y superdedicada guía.

La primera función es sacar el billete de metro del día para 10 personas, lo que nos lleva cierto tiempo, aunque breve si se compara con las subidas y bajadas, entradas y salidas con regreso al mismo sitio que padecemos para finalmente conseguir llegar al punto donde debemos coger el metro que nos llevará hasta el mercado de pescado, que nada tiene que ver con lo que en otras épocas se podía ver, la subasta de pescado en el mercado mayorista. En este caso se trata de una zona llena de chiringuitos de venta de pescados de todas las clases imaginables y otras, tanto para llevar crudo o cocinado o para comer en la propia calle o en los locales locales. Su localización, una vez llegados a la parada del metro correspondiente es una buena muestra de lo que viene siendo la brecha digital que afecta de forma cruel a la tercera edad. Como la de este grupo.

Merece la pena pasar un rato viendo todo el movimiento y las diferentes ofertas que se manejan.

Seguidamente cogemos el metro para dirigirnos a Roppongi, zona donde se encuentra el museo Nezu, nuestro siguiente objetivo. Objetivo frustrado porque descubrimos que está cerrado por alguna causa que nada tiene que ver con hacernos la puñeta.

En vista de ello buscamos (de nuevo la brecha) cómo llegar a Roppongi Hills, moderna zona comercial y de negocios con una sala observatorio en el piso 52, desde el que podemos gozar de nuevo de las vistas de la ciudad desde este privilegiado punto de vista.

Comida en un restaurante del mismo edificio, atendidos por un simpático chaval de Menorca, Cristóbal, Tóbal para los japoneses y donde comemos, algunos, una excelente carne.

Alguien tiene capricho de ir hasta la torre de Tokyo, cosa que hacemos dando un paseo para bajar la comida y una vez llegados nadie se anima a subir a la plataforma de observación desde la que se hubieran repetido, más o menos, las vistas de hace solo un rato.

Más paseo hasta un templo, importante por ser el templo principal del budismo y de aquí al metro, cada quien a su bola, unos a por papel, otros a compras varias, especialmente bolígrafos que se borran lo que parece ser una extraña fijación de una componente del grupo, otro a por una cerveza y al hotel y otros (es mi caso y el de Mari Luz, a buscar en Shibuya, al otro extremo del mundo, uno de los más interesantes retretes públicos que aparecían en la película «Perfect Days«, de paredes transparentes que como por arte de magia se hacen opacas en el momento del uso. Y debo decir que no lo conseguimos.

Regreso al hotel para reunirnos para cenar, cosa que solo hacemos la tercera parte del grupo original (si dura esto un poco más no sale del hotel ni su padre), tras varios intentos frustrados, uno porque no tienen vino, otro porque han cerrado, otro porque tampoco tienen vino y finalmente encontramos uno que tampoco tiene vino pero que ofrece unas banquetas harto incómodas pero con unos platos del gusto de todos los comensales.

Y ahora sí, l hotel a dormir que mañana es día libre también.

Esta entrada fue publicada en 2024-05-18 JAPÓN, MIS VIAJES, Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a 2024-05-29 TOKYO

  1. David y Eva dijo:

    😂😂 como os lo pasáis…. Es que lo de los bolis q se borran son un hit!! Q pena el retrete… Y el colega de Menorca…q se le habia perdido en Japón???

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