2017-06-11 ROMA

Desayuno (caro) en un bar frente al portal del sitio donde dormimos que no es un hotel ni un B&B pero se parece más a lo segundo que a lo primero.

Paseo hacia San Pietro in Montorio, pasando por varios sitios notables de la ciudad.

Primero y muy cerquita del hotel, la Piazza Spagna.

Luego por Trevi como siempre petada de guiris.

El gorro nuevo no impide la sorpresa de encontrar un vendedor de castañas asadas en plena canícula.

También pasamos por delante del panteón de Agripa, pero están en misa y no se puede entrar, aunque disfrutamos un ratito de un cellista callejero.

Atravesamos el Tíber (por un puente, naturalmente) y subimos hasta San Pietro in Montorio, con un calor pelín exagerado.

El complejo, sede de la embajada española y de la Academia de España acoge la joya del templete de Bramante, encargada por los Reyes Católicos y situada en el lugar en que se supone que fue crucificado San Pedro.

Continuando la subida, tras breve descanso y avituallamiento,

llegamos a la zona del homenaje a Garibaldi, con estatuas ecuestres del susodicho, de su esposa Ana y bustos de sus adláteres.

Algunos de los cuales sorprendidos de las cosas que hay que ver.

Bajamos para comer en una terraza junto a Sta. María in Trastevere, visita a la iglesia y helado en la plaza de la misma.

Quedamos con los Rubio para ir a San Juan de Letrán, para lo que vamos andando hasta la parada de metro de Circo Máximo, pasando por la plaza de la Boca de la Verdad, donde hay manifa que no sabemos muy bien sobre qué (algo de salud y niños).

Visita a San Juan y a la Escala Santa, que no subimos y de camino al metro otra cervecita que el calor es fuerte.

Parada en Plaza de España, cena por los alrededores y a descansar que ha sido un día largo.