2022-12-06 UN PASEO UN TANTO FRUSTRANTE

Aprovechando que hoy era fiesta y además hacía un buen día, aunque ciertamente fresco, decido dar un paseo que normalmente no merecería comentario y menos una entrada de tan excelso blog como es este, pero que las circunstancias hacen que sí lo merezca.

El recorrido se puede ver aquí, donde además he señalado algunos puntos que tienen su aquel.

En primer lugar, indicar que a la hora de inicio hace, como ya he dicho, bastante fresco, o sea un frío de tres pares (exagerando) así que me abrigo convenientemente. Camiseta, camisa de maga larga, jersey tupidito y chaquetón.

Primer error. Al poco tiempo, el sol y no se si el viento sur, hacen que la temperatura suba desaforadamente dándome a entender que el error era irreparable. Si te quitas algo es un estorbo y si no es un agobio.

Tras pasar por el parque Aldapa, precioso en esta época del año, me acuerdo de que estoy relativamente cerca del bar ganador de no se qué concurso de tortillas, el Izarra Berria, así que allí me dirijo pues a demás, la hora invita a degustar una magnífica tortilla con un cafecito.

Segundo error. El bar está abierto, pero héteme aquí que a pesar de los letreros que indican que el horario de tortillas es de lunes a viernes de 8:30 a 14:30 ( algo así) y el de rabas es sábados, domingos y festivos en horario similar o el mismo, hoy, como es fiesta no hay tortilla. Naturalmente se produce una agria discusión entre la barwoman y el frustrado cliente, pues ella me indica que ya lo dice el cartel, y que hay rabas, cosa totalmente incierta y que trato de hacerle ver, porque el cartel dice que hay tortilla de lunes a viernes, pero no dice nada de los días de fiesta, sean martes, de la constitución o de la madre que la parió. En resumen que me tomo un café (bastante flojo, tirando a malo) y un pincho de revuelto de champi normalito y complicado de comer sin herramienta, todo ello (además de la clásica micción, esta gratuita) por la extraña cantidad de 3,05 €.

De aquí me dirijo a través de la plaza Errekalde hasta el punto señalado en el mapa con un “1”, donde hay unos letreros que indican un camino en fuerte (luego compruebo que no era fuerte, era prácticamente vertical) pendiente, con la señalización de Mendibile a no se qué distancia y la ermita de Santimami a 1,1 km. Como esta ermita no la he visto (o sí, pero pasando en coche por delante de ella), decido dirigirme allí siguiendo el camino indicado.

Tras una escalada brutal (llego a pensar que el 1,1 km era de nivel), llego a una bifurcación (punto “2” del mapa) con otro letrero que indica el camino hacia la ermita a, ¡oh sorpresa!, 1,4 km.

Sigo el camino marcado conjeturando si la próxima señal habrá incrementado la distancia en progresión aritmética o geométrica, llegando al punto “3” del mapa donde se encuentra la última señal encontrada hacia la dichosa ermita y esta vez ya son 2,1 km. Era geométrica.

Una amable paseaperros me da unas indicaciones de cómo llegar a la ermita, que a la sazón se encuentra en el borde de la carretera que viene de la UPV hacia la Avanzada, pero como ya no estoy para muchas bromas me coloco a la sombra de la marquesina de la parada del bus que me devolverá a mis lares, que se encuentra frente al Eroski de la Avanzada. La sombra es detrás de la marquesina donde un pretil me ofrece su asiento. Allí depositado, abro la aplicación de Bizkaibus para ver a qué hora llega el 3414 que es el que debo coger y resulta que faltan 45 minutos.

Miro en Google Maps dónde se encuentra la ermita y me dice el camino y que se tarda 7 minutos. Calculo que aunque vaya despacio tengo tiempo de sobra para llegar a la ermita, rezar un rosario y volver a la parada, así que eso hago, siguiendo las claras indicaciones de Google Maps.

Pero se ve que el día no está para uno, así que el camino que dice Google, llega hasta un caserío que se encuentra a tiro de meada de la ermita, pero que cierra el paso (¿legalmente?). En vista del éxito, el calor que aprieta, el cansancio y que al final voy a perder el bus, vuelvo a la parada y a mi sombrita. Compruebo que todavía faltan unos 20 minutos para su llegada. Me enfrasco en poner al día el guasap, el mail y esa tonterías que se hacen con el móvil, cuando, faltando todavía más de 10 minutos para la supuesta llegada del bus, veo parado uno con la pinta del mío. Temiéndome lo peor (¿por qué habrá parado si no he visto bajar ni subir a nadie?), salgo de mi escondite rápidamente y le hago una desesperada llamada al chófer para que me abra la puerta y ante mi sorpresa me confirma que sí, que es el mío. O sea, que no me he chupado una hora más (es la frecuencia en días de fiesta) porque Santimami se ha apiadado de mí. Digo yo. Las chapuzas del día se culminan con el desastroso e hiperaburrido partido de España.

Fin del rollo.

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6 respuestas a 2022-12-06 UN PASEO UN TANTO FRUSTRANTE

  1. Virginia ruiz de arana dijo:

    Mamma mía, qué desastre. Aquí los fines de semana y fiestas de guardar, más vale que te guardes en casita o te dediques a andar. La media de espera de un bus urbano es de 20 a 30 m. en la capital del reino. Eah.

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  2. David y Eva dijo:

    A ver si llega está respuesta… 😂 Como te lo pasas 😂😂

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  3. ana ro dijo:

    hay… me he echado unas risas…me has alegrado la mañana

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