Hoy paso de repartir niños y dedico un brevísimo espacio de tiempo a lo que deberían ser mis funciones académicas, bastante abandonadas últimamente (y más que van a estar, que ya estoy hasta el moño).
Luego, en vista de que pronto hay que hacer la función inversa, o sea recogida del ganado recién dejado en sus respectivos abrevaderos (intelectuales y educativos), dedicamos el rato de mañana a un paseo entre la niebla y el frío polar por los alrededores del pier del selecto pueblo fronterizo con Hermosa Beach, Manhattan Beach.
Una de las características que tienen los sitios chic como este es que en el pier, además de ser mucho más elegante que el de Hermosa, disfruta del constante paso, a tiro de piedra, de pelicanos, cormoranes y toda clase de aves marinas, además de algunos delfines, focas, leones marinos y de vez en cuando alguna ballena, aunque hoy no porque hay niebla. Además de surfistas, aunque de estos también hay en Hermosa.
Paseo por el idem de la playa donde también las plantas dan flores más chulas.
Aún queda un poco de tiempo para recorrer algunos super y volver a la rutina de recoger enana, ligera comida, un rato al fresco en el parque tras recoger el resto del rebaño y para casa a cenar y escribir algunas tonterías antes de ir a descansar de una dura jornada.
Espacio de Jesus M. Rodriguez 
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